El terror nocturno, que también puede denominarse pánico nocturno, es un trastorno que se produce durante el sueño, muy similar al sonambulismo, pero que se manifiesta a través de una crisis. Suele afectar a los niños.

Se habla mucho de la relación de los terrores nocturnos con las posesiones demoníacas, reacciones que son remanentes de vidas pasadas o búsquedas espirituales.

Una crisis de terror nocturno suele revelarse a través de gritos, expresiones faciales de pavor, pataleos, llanto incontrolable, abrir los ojos fijamente, sentarse o levantarse de la cama, huir, decir tonterías, entre otros tipos de comportamiento.

Significado de los terrores nocturnos en el espiritismo

Es frecuente que los terrores nocturnos afecten a los niños. Aunque durante mucho tiempo se creyó que los niños eran inmunes a cualquier tipo de obsesión espiritual, con el paso de los años y el número de casos de terrores nocturnos, generalmente provocados por la presencia de espíritus perseguidores, esto empezó a cuestionarse.

En el espiritismo, se cree que esto puede ocurrir, ya que todos los niños fueron alguna vez adultos en sus vidas pasadas y, por lo tanto, pueden acabar llevando consigo algún tipo de compromiso contraído con los espíritus en otras encarnaciones.

Según estudios espiritistas, la reencarnación se completa totalmente en un período que va de los 5 a los 7 años. Hasta esta edad, los niños presentan una sensibilidad mucho mayor y la mediumnidad infantil es uno de los síntomas.

Por lo tanto, estos factores pueden llevar al niño a tener terrores nocturnos, que incluso pueden ser frecuentes.

La medicina plantea cuestiones biológicas como posibles generadoras de las crisis, pero en el espiritismo se explica como posibles traumas de vidas pasadas.

Hasta los 7 años, un niño todavía puede proporcionar información sobre cómo fue su vida pasada. Es muy frecuente que entre los 2 y los 4 años dé diversas señales al respecto. A partir de los 8 años, esto se vuelve mucho más raro, ya que empezará a olvidar.

Los detalles físicos de los niños, como las marcas de nacimiento, pueden incluso tener alguna relación con vidas pasadas, como marcas de fuego, disparos, cuchillos, e incluso algo que ver con la forma en que murieron en otra vida.

Por lo tanto, podemos entender que los terrores nocturnos tienen una fuerte conexión con las vidas pasadas. También pueden ser el resultado de la persecución por parte de los obsesores.

Aunque los terrores nocturnos son bastante aterradores, no son peligrosos ni constituyen un trastorno que afecte a la salud de quienes los experimentan. Sin embargo, es importante y recomendable observar estos sucesos, sobre todo en el caso de los niños, ya que la ayuda espiritual puede contribuir a aliviarlos.

Los niños necesitan llevar una vida tranquila y evitar situaciones estresantes, por lo que es muy importante que se les trate con cuidado cuando esto ocurra.

Es importante rezar siempre una oración antes de irse a dormir pidiendo paz y protección para aliviar la situación.